Tuga - "Sin palabras"
- Art&street
- 3 oct 2018
- 3 Min. de lectura

Si les decimos Rodolfo Meneses quizás no cachen mucho, pero cuando les hablamos del mimo Tuga a más de alguno se le escapa una sonrisa, es que muchos hemos presenciado sus actos en las calles, o hemos visto algún video de este espontáneo personaje.
Oriundo de Santiago, comenzó su carrera como mimo por ahí por el 2001, cuando trabajaba como empaquetador le ofrecieron participar como mimo entregando flores un día de la madre. Su personalidad jueguetona y alegre le hizo aceptar la oferta, al parecer fue trascendental para él, debido a que el día siguiente ya estaba parado en un semáforo.
De ahí empezó a buscar más información sobre los mimos, a leer, cada vez aprendiendo un poco más. De los semáforos se "pegó el salto" a la plaza de Armas y el Paseo Ahumada de Santiago. Una vez que ya sintió que "tenía la suficiente calle" decidió profesionalizarse tomando clases técnicas de mimo. Luego decidió profesionalizarse aún más y cruzó las fronteras para estudiar en Buenos Aires en la Escuela de Mimoteatro.
Tuga dice que su única idea es demostrar a este "mundo dado vuelta" que todavía se puede rescatar el valor lúdico y sonreír en comunidad. Estas acciones cuasi románticas sacan a las personas de su rutina con una invitación a jugar. El éxito del trabajo de Tuga radica en que jamás obliga a nadie a participar. "Paro el auto, miro al conductor a los ojos, y solo continuamos si él quiere".
La ciudad donde se la hicieron más difícil fue Beijing, por el choque cultural. Tuga no habla. Elige el silencio porque considera que la "palabra está muy manoseada. Si bien el lenguaje gestual es universal, el humor es muy distinto en China, y no causan gracia las mismas situaciones".
Agregó que "al principio rechazaban el contacto, pero cuando enganchaban parecían niños. Una chica terminó subida a mi espalda y la llevé por la calle a caballito".
En su Chile también costó un poco que entendieran su modo de hacer arte. Intentaron detenerlo en Valparaíso justo mientras daba el seminario Actuar en la calle y no morir en el intento. Una ironía. Pero la exdirectora de Cultura, Nélida Pozo, lo salvó de la cárcel.
"Habló con los Carabineros y le dijo que no podían llevarse a un artista por ocupar un espacio público. Al final resultó ser un show policial porque hasta llegaron con fuerzas especiales", recuerda entre risas.
Las funciones de Con su permiso duran una hora y no requieren cortes en las calles. "Estoy súper atento a los semáforos y el paso peatonal, así que puede haber un tránsito fluido mientras se da la función". El momento lúdico insume 15 segundos por persona.
Podríamos decir que algunos de los objetivos de Tuga es lograr que otros evadir sus dilemas económicos y familiares sembrando sembrar felicidad en el plas personas. También apela a democratizar la cultura. "No tienes que ir a verme al teatro, me cruzo en tu camino".
Este arte callejero es su medio de vida. En contadas ocasiones lo contrata una municipalidad y hace el show a cambio de un pago, pero la mayoría de las veces es a la gorra.
Su salario depende de la buena voluntad de la gente. Tuga llega a fin de mes, paga las cuentas, y los pasajes de avión dando besos, risas y abrazos. Y encima vive como siempre soñó: al margen del sistema, sin horarios, ni ataduras.
"Voy a la ciudad que quiero, entreno a la hora que quiero, y presento el espectáculo cuando tengo ganas", dice.
Uno de sus últimos proyectos es “Desorden en la Vía Pública”, un documental sobre su trabajo callejero y producto de un premio euro-latinoamericano (REDELAE), que lo posiciona en la primera división de ese arte escénico a nivel global. Y se encuentra actualmente llegado hace muy poquito de Uruguay donde participó en el Festival
Para este actor de la pantomima nacional, el objetivo del ‘Tuga’ es contribuir con un granito de arena a cambiar el mundo y “empoderar a la ciudadanía”, porque en la actualidad “la gente está pegada a la tele”, y lo que se necesita es todo lo contrario, más cultura y conocimiento en un encuentro alegre y comunitario.
Dato: “Tuga’” obedece a la época del colegio donde se mofaban de él y le decían ‘cara de tortuga’, de allí su diminutivo artístico de ‘Tuga’, como una forma de “reírme de mí mismo”
Fuente: El País
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